Como decíamos en una entrada anterior los términos genéricos no constituyen un diagnóstico en sí mismo, pero delimitan la zona en la cual centramos nuestra atención.
Las talalgias constituyen una serie de patologías cuya clínica se centra en los talones. Estas dolencias afectan a unos dos millones de personas cada año, pudiendo afectar al 10% de la población a lo largo de su vida. Por lo tanto, la población diana es verdaderamente amplia, afectando a un nutrido número de profesiones y actividades deportivas.
La fascitis plantar es el diagnóstico más común, afectando entre un 15 y un 20% de las afecciones tratadas en el pie. El tratamiento de esta dolencia puede resultar frustrante tanto para el paciente como para el podólogo, debido a que la resolución de la sintomatología suele situarse alrededor de los 10 meses.
Los tratamientos conservadores son siempre los elementos de elección para abordar este problema, en el cual existen varias alternativas antes de optar por la vía quirúrgica, la cual se contempla en el pequeño porcentaje de pacientes que no mejoran entre los 6 y 12 meses de tratamiento conservador.
Sin embargo, es común que las talalgias sean abordadas por un amplio número de profesionales, médicos de atención primaria, rehabilitadores, reumatólogos, traumatólogos, fisioterapeutas o podólogos por lo que cabe pensar en si realmente el diagnóstico diferencial se realiza de manera eficaz o si la fascitis se ha convertido en una especie de comodín diagnóstico.
Hoy queremos resumir las causas más comunes de talalgia: fascitis plantar, la atrofia de la almohadilla grasa (también llamada talalgia central) y la compresión de la primera rama del nervio plantar lateral (nervio de Baxter).
Fascitis plantar
Se presenta como un dolor agudo en la inserción plantar medial de la banda central de la fascia plantar, sobre el tubérculo plantar interno del calcáneo.
La clínica se presenta típicamente durante los primeros pasos tras un periodo de descanso o reposo, tras un tiempo de actividad el dolor disminuye, sin embargo, de no tratarse da lugar a una marcha antiálgica en supinación que acabará concatenando nuevas molestias por sobrecarga. El dolor no se debe confundir con un espolón de calcáneo, cuyo hallazgo radiológico es casual siendo estos asintomáticos.
Atrofia de la almohadilla o grasa plantar
Los pacientes aquejados de esta dolencia rondan una media de 45 años de edad. Presentan una atrofia del paquete adiposo del talón. Su deterioro puede deberse a múltiples causas como las de origen traumático, diabetes o como efecto secundario a infiltraciones locales con corticoesteroides.
Atrapamiento del nervio de Baxter
Existe cierta discusión sobre la naturaleza de este tipo de talalgia, sin embargo, está descrito que puede existir una compresión entre la fascia profunda del músculo abductor del hallux y la cara interna del músculo cuadrado plantar sobre la primera rama del nervio plantar externo, conocido popularmente como nervio de Baxter.
Suele presentarse en deportistas con un desarrollo marcado del músculo abductor del hallux, común en corredores de larga distancia, gimnastas o patinadores. Probablemente es la que más se suele confundir con la fascitis plantar, ya que ambas entidades pueden coexistir debido a la proximidad del nervio con el tubérculo medial del calcáneo.
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